Pintaré tu silueta en mi colchón para recordarte en las noches de
ausencia, rociaré en mi almohada el perfume al que huele tu cuello, tu pecho.
Tu cuerpo. Dormiré en mi lado de la cama con tu camisón entre las manos. Nos
soñaré abrazados. Te miraré a los ojos y repasaré el contorno de tu figura con
los dedos, hasta erizar todo tu vello. Me has hecho entender lo que son las
mariposas, que su vida puede ser eterna si le acolchas bien el corazón.
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